Tenemos que confesaros una cosa: entre semana no nos da la vida para hacer zumo de naranja en el desayuno. Bastante tenemos con lograr que todos desayunen su leche con tostadas, y que se vistan a tiempo de llegar al colegio. Pero el fin de semana tratamos de compensarlo y nos tomamos la vida con mucho más calma y preparamos unos pedazo de desayunos. Y naturalmente con zumo de naranja recién exprimido. Por alguna extraña razón a los niños les encanta usar el exprimidor eléctrico y siempre hay peleas para usarlo. Así que establecemos turnos rigurosos: el sábado uno hace el zumo para toda la familia. Y el domingo lo hace otro. Así todos contentos.