Al papá le gustaba la sandía, por que era el primero de la clase lanzándo semillas muy lejos, en una acera escupía una pepita que cruzaba una carretera de dos carriles.
A la mamá le gustaban las moras, por que con ellas se manchaba el vestido de los domingos que tan poco le gustaba y a veces las machacaba y sacaba un color morado muy bonito para pintar.
Al tío Ernesto le gustaba mucho la música y antes de zamparse una bolsa de mandarinas a medias con su hermana (la mamá) disponía los gajos uno detrás de otro y hacía las teclas de un piano.
A la tía Belen le gustaban las calabazas, por que se creía que era la carroza de Cenicienta.
El abuelo Ernesto era muy travieso y se apresuraba a comer muchos albaricoques, para tener munición para su tirachinas.
A la abuela Vicentina le gustaban las cerezas, por que con ellas se hacía pendientes de princesa.
Y al Arnau le gustan los plátanos, por que se cree que es el Señor Nilson (Pipi Lanstrum).