Este es el principio del camino de caperucita como le dice mi sobrina Suzette.

Sigue serpenteando por un camino frondoso.

El riachuelo que riega los huertos va perpendicular al camino. Un camino podríamos decir que es el de caperucita y otro de Náyades (ninfas de río).

Uno de los huertos tiene como mirador esta poza natural de aguas gélidas y transparentes.

A nuestro paso nos vamos encontrando con hermosos huertos que a veces hacen la función de jardines de enanos y duendes del bosque como ocurre en el caso de este bello huerto.

La abuela se va alejando mientras Arnau se sube a mi bandolera embriagado de tanta naturaleza y asustado a la vez del túnel de hojas verdes que inundan nuestro camino.

La abuela Vicentina posa feliz con una de las cebollas de Felix y Vicenta.

No me canso de fotografiar este camino…