Primero cocemos las hojas de col sueltas una por una. A parte hacemos un pisto con ajo, pimiento verde, judía vede, carne picada , tomate y jamón en virutas. Yo le pongo un chrorrito de vino tinto y un poco de azúcar a la salsa de tomate.
Como no soy muy apañada con los rollitos hice lasagna, pero lo ideal sería hacer canelones. En el caso de la lasagna se van alternando hojas de col con el pisto. Hacemos una bechamel y la ponemos en la superficie, encima de las hojas de col y luego queso rallado.
Es la primera vez que hago esta receta y ha resultado deliciosa. La col tiene un gusto suave, pero definitorio, contrariamente a lo que mi cerebro asociaba. En mi casa nunca se ha comido col, en la casa de mi marido sí, pero siempre como acompañamiento.
En Alemania la comen mucho de esta manera Sauerkraut.