Pues Arnau nos ha ido iluminando siempre, desde que vimos sus ojos por primera vez. El nos guia hacia el verdadero camino a seguir y nos da la mano cuando nos caemos.
Mi padre se ha inventado una actividad con una peonza hecha con una rodaja de zanahoria. Arnau es un fanático de las peonzas y los que le queremos vemos peonzas donde en principio no hay.
El nos ha enseñado el arte que tiene con las peonzas aunque sean de zanahorias y esta curiosamente bailaba muy bien.
Luego le ha dado de comer la peonza al abuelo diciéndole que etaba buena, pero al abuelo no le ha gustado, ji, ji.
A mi todo lo que me muestra mi hijo me resulta delicioso, aunque sea una peonza-zanahoria revolcada por el suelo.