Pues si, hoy por primera vez y con mucho cuidado hemos dejado que Eduardo coja el cuchillo y con mi ayuda pele una ciruela, pues bueno, él estaba encantado, y esque esta más que comprovado que cuando a un niño le das una “autoridad” ellos disfrutan aunque no les guste, se les ilumina la cara y les sale una sonrisa de oreja a oreja, y claro, como no, ahora me dice que mañana él vuelve a pelar la fruta, jaajaa.